Salimos con gran energía desde el inicio. Corrimos bien la pista y anotamos de múltiples maneras, centrándonos en hacer daño en la pintura y aprovechando las transiciones rápidas. El juego transmitió alegría y confianza, con todos los jugadores comprometidos, aunque algunos mostraban cierto desgaste físico tras cuatro partidos en diez días.
La valentía que demostramos al mantener un ritmo elevado, incluso después del esfuerzo acumulado, terminó pasándonos factura en el segundo cuarto. Insistimos en buscar ventajas rápidas en cada posesión cuando, con una ventaja considerable en el marcador, deberíamos haber priorizado un juego más controlado. Esto generó precipitación en algunas jugadas y permitió al rival recuperar efectividad en sus contraataques.
Tras reponernos en el tercer cuarto, Elche reaccionó con fuerza en el último periodo. Su talento exterior les permitió recortar diferencias, acercándose peligrosamente hasta los cinco puntos. Aunque el partido nunca llegó a escapársenos, debemos mejorar en el cierre de encuentros: colapsar mejor la pintura defensiva y mantener la claridad de ideas incluso cuando el ritmo disminuye.
Estoy muy satisfecho con la evolución del equipo en las últimas semanas. El nivel de los entrenamientos ha subido notablemente, y eso empieza a reflejarse en los resultados. Felicito a los chicos por su esfuerzo en este maratón de partidos, donde han demostrado capacidad competitiva en situaciones complejas. Ahora, un merecido descanso para afrontar con fuerzas lo que está por venir.
¡Vamos que nos espera lo mejor! 

