Comenzamos bien, metidos, y con el equipo creyendo en nuestras posibilidades para competir ante el líder invicto. A pesar del ritmo inicial de Calpe, supimos responder y mantenernos en el partido. Tras un parcial local que les dio la primera ventaja seria (20–11), ajustamos, atacamos con confianza los tiros liberados y volvimos a acercarnos hasta ponernos a solo un punto. Sin embargo, nuestra incapacidad para frenar su producción ofensiva permitió que se marcharan 14 arriba al descanso.
Tras el paso por vestuarios queríamos darle la vuelta, pero Calpe salió más fuerte y más agresivo. Mientras ellos crecían, nosotros encadenamos malas decisiones en ataque y colapsamos ante su defensa, lo que provocó un parcial muy duro que rompió definitivamente el partido. A pesar de ello, el equipo mantuvo la actitud y el orgullo hasta el final, intentando recortar y competir cada posesión del último cuarto.
El rebote, especialmente el defensivo, fue el factor que terminó de marcar la diferencia. Tenemos que ser capaces de cerrar mejor y dominar esa parte del juego si queremos competir ante equipos de este nivel.
Toca volver a la senda de los buenos entrenamientos, recuperar nuestra identidad y sacar la energía necesaria para darlo todo el sábado en casa. Seguimos trabajando. 


